Generalmente son productos sin garantía de calidad ni procedencia.
La venta callejera de productos de marca a bajo precio ofrece la ilusión de estar generando un ahorro pero lo que realmente ocurre es otra cosa: se facilita la evasión impositiva que afecta el funcionamiento del Estado y se estimula el trabajo precario. Estos canales irregulares de comercialización preocupan mucho a las sociedades en todo el mundo.
Existen varios factores para distinguir entre la venta callejera ilegal de aquella que está regulada: precio, calidad del producto y lugar de venta. También hay que diferenciar entre las organizaciones criminales y los trabajadores que venden por su cuenta en la calle.