El experto italiano disertó para más de 50 invitados a través de la plataforma Zoom
“A pesar de que el comercio mundial está muy afectado en los últimos meses, los tráficos criminales no se detienen. Las organizaciones que están involucradas en lavado de dinero, contrabando y narcotráfico no pierden la oportunidad de seguir generando dinero a costa de la gente honesta y del Estado,” aseguró Emanuele Ottolenghi, especialista internacional en sistemas de financiamiento de grupos terroristas, en la apertura de los Espacios de Diálogo de la Asociación Civil Antipiratería Argentina. A través de la plataforma Zoom, desde Estados Unidos, Ottolenghi disertó durante más de dos horas con más de cincuenta socios de ACAA, invitados, miembros del Poder Judicial, de la Aduana y de organismos de seguridad.
Desde su conocimiento, el especialista destacó dos problemas principales para el combate contra el contrabando y la piratería marcaria: “El primero tiene que ver con el tamaño. El volumen más grande que llega con mercadería a la Triple Frontera sale del puerto de Miami, desde donde se mueven 7,5 millones de contenedores por año. En un mundo ideal en el que todos los aduaneros, policías, jueces, fiscales y políticos son honestos hay un problema: cómo se puede monitorear la naturaleza de cada contenedor que viaja por el mundo? Y vivimos en un mundo en el que hay aduaneros honestos, pero también hay corruptos. Y policías honestos, pero también corruptos. Y así en cada eslabón”.
Enseguida agregó que “el segundo problema es que no todo el mundo es honesto y existe corrupción en todos los niveles de control y administración, lo que garantiza el éxito para las organizaciones criminales. Incluso cuando hay voluntad de controlar, existen funcionarios corruptos que dejan pasar mercadería. La corrupción es un mal, pero cuando pensamos en la corrupción, no hay que pensar en el político corrupto que tiene millones de dólares en cuentas radicadas en Panamá o Lichtenstein. Hay que pensar en el policía que está en una frontera, que tiene un salario medio de 200 a 400 dólares al mes, que tiene familia, que está vulnerable, y que tampoco cuenta con los recursos del Estado para hacer su trabajo. Entonces, cada día recibe una coima que equivale a la mitad o a un cuarto de su salario mensual. Y con esa coima puede ofrecer mejor calidad de vida a su familia, incluso comprando mercadería de contrabando. Si hace su trabajo, lo matan, lo amenazan o matan a su familia. Entonces, el policía de frontera tiene más incentivos para ser corrupto que honesto. Es un problema de muchos países del mundo. Y es un problema que exige honestidad del Estado y un nivel de recursos para que las fuerzas encargadas de aplicar la ley tengan una motivación más fuerte en hacer lo que corresponde y no en lo que le conviene”.
Ottolenghi habló largamente sobre su experiencia en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, acerca de cómo afecta a los Estados el nivel del mercado ilegal. “Solo del lado brasileño -ejemplificó- se logra incautar el equivalente a 90 millones de dólares por año, por lo que no es difícil darse cuenta cuánto afecta a las cuentas fiscales de cada país, que pierde de recaudar miles de millones de dólares en impuestos que podrían mejorar la vida de sus habitantes”.
Al final, el experto respondió preguntas de los asistentes y se refirió a criptomonedas, mercado de servicios e incluso a los conflictos entre distintas organizaciones terroristas de Medio Oriente.